Canal de Castilla
Datos generales
- Ingeniería y arquitectura del Canal
Entre las construcciones más importantes del Canal de Castilla se encuentran las esclusas, levantadas para salvar los desniveles del terreno y facilitar la navegación, que además servían para unir dos tramos a diferente altura, y las dársenas, construidas en piedra y usadas para cargar y descargar mercancías, son ‘puertos de interior’ de este brazo de mar.
A lo largo del Canal, el turista encuentra un gran número de puentes y un total de 69 acueductos, de distintos tamaños y longitudes, como el de Vallarna o el del río Ucieza por los que pasaban las barcazas (que llegaron a ser más de 300) que transportaban las mercancías. Por su parte, las presas y las retenciones se encargan de regular el cauce del Canal a su llegada de los ríos Pisuerga y Carrión.
Con respecto a la arquitectura, el Canal de Castilla cuenta con almacenes, edificados en los lugares de embarque (dársenas) para guardar mercancías y productos como la harina de las fábricas; las viviendas de los obreros y las casas de los escluseros, generalmente construidas en adobe o ladrillo; y, entre otros, molinos y fábricas de harina, que se levantaron con el fin de aprovechar la fuerza del agua, como la de San Antonio, en Medina de Rioseco, o la de Abarca.
Además, dispone de arcas, construidas para la toma de agua de las acequias utilizadas para el riego, la captación y la conducción de las aguas; los postes leguarios son los mojones del Canal de Castilla, los hitos que marcan las distancias recorridas entre los extremos del ramal; y las arquetas de riego, que salpican todo el recorrido del Canal a su paso por los ramales del Norte y de Campos, se levantaron en el siglo XVIII para que el Canal sirviera no sólo para la navegación, sino también para el riego.
- Historia del Canal
Aunque existieron iniciativas para crear una red de canales de navegación a lo largo del siglo XVI, no será hasta 1751 cuando toma forma la idea de crear el Canal de Castilla, a iniciativa de Fernando VI a instancias del Marqués de la Ensenada.
Antonio de Ulloa diseñó los estudios preliminares, asesorado por el ingeniero Carlos Lemaur, un francés que ya había realizado un trabajo previo en el que proyectaba hasta siete canales. Ulloa redactó el denominado Proyecto General de Navegación y Riego para los Reinos de Castilla y León, en 1753, y en este estudio se diseñaron cuatro canales: los tres que hoy existen y un cuarto, el de Segovia, con cabecera en el río Eresma que desembocaría a la altura de Villanueva del Duero, en el río Duero.
El 16 de julio de 1753 comenzaron oficialmente las obras, empezando por el Ramal del Norte y finalizaron en 1849 en Medina de Rioseco. En los dos años de paralización de las obras, Antonio de Ulloa y Lemaur renunciaron a continuar, de modo que Francisco Ibarrola, como director del proyecto, y Fernando de Ulloa, como ingeniero de las obras, siguieron con el trazado.
En 1792, cuando todavía no habían concluido las obras de los tres ramales, comenzó la navegación comercial por el Canal. En esta fecha se abre el Ramal del Norte y parte del de Campos, hasta Paredes de Nava, y más tarde comenzaría a funcionar un tramo del Sur.
La navegación en el Canal de Castilla alcanzó su máximo apogeo en la década comprendida entre 1850 y 1860. En este momento, el tráfico de barcazas rondó la cifra de las 400. Aunque la mayoría se dedicaron al transporte de mercancías (trigo, harina y madera), hubo cuatro diligencias diarias encargadas de portar pasajeros desde Valladolid a Palencia.
Con la aparición del ferrocarril se fue abandonando el tráfico por el Canal de Castilla hasta que, en 1959, el Estado decretó su cierre definitivo, y a partir de este momento la utilización del Canal se dedicará únicamente al riego.
- Cómo recorrer el Canal
Una de las mejores opciones para disfrutar de la naturaleza, la fauna y los paisajes que proporciona el Canal de Castilla es realizar este recorrido a pie.
Sus más de 200 kilómetros exigen utilizar varias jornadas para recorrer los tres ramales, y a una media de 25 ó 30 kilómetros diarios, el senderista puede realizar todo el recorrido en algo menos de ocho días, disfrutando tanto del Canal de Castilla como de los múltiples pueblos que atraviesa. Diversos carteles explicativos aparecen a lo largo de la ruta, aunque la mejor señal indicadora es el propio Canal.
Cualquier época del año es adecuada para conocer el Canal, aunque se recomienda recorrerlo en primavera y verano. Es importante utilizar un vestuario adecuado y que el equipaje tenga poco peso. No viene mal llevar un impermeable por si llueve y una visera o gorro en los días de sol.
Los caminos de sirga que custodian el Canal también permiten realizar la ruta en bicicleta de montaña. Esta es una elección ideal para disfrutar de toda la riqueza monumental, paisajística y faunística del recorrido. A una media de 10 Km/h y empleando cinco horas cada jornada, el Canal se puede recorrer en cuatro días.
Y los amantes del turismo activo pueden recorrer el Canal de Castilla en piragua, y para ello es necesario acercarse a las empresas que organizan este tipo de rutas turísticas. Además, se pueden llevar a cabo diferentes rutas en barco a lo largo del Canal de Castilla, desde Medina de Rioseco (Valladolid), Herrera de Pisuerga o Villaumbrales (Palencia) y Melgar de Fernamental (Burgos).