Peñafiel es una villa de reyes y nobles, de historia y de vino. Considerada como la capital de la Ribera del Duero, los hallazgos del yacimiento arqueológico de Pintia, a cuatro kilómetros en el municipio de Padilla de Duero, han demostrado que la localidad lleva elaborando vino desde hace más de 2.500 años. Es en esa época a la que se remonta esta villa, aunque su momento de expansión se sitúa en la Edad Media.

Duerme a los pies de su Castillo, una impresionante fortaleza medieval de piedra que descansa sobre un lugar estratégico. Como si de un gran barco se tratara, el Castillo de Peñafiel aparece encaramado sobre un cerro desde donde se divisa una impresionante panorámica y desde donde se dominan el valle del Botijas y del Duratón. Fue declarado Monumento Nacional en 1917 y está considerado como una de las fortalezas más impresionantes de las que se construyeron en el medievo. Actualmente, alberga el Museo Provincial del Vino.

Pero el turista no puede marcharse sin visitar la Plaza del Coso, un recinto de trazado medieval custodiado por casas con balcones arabescos de madera. Su traza no ha perdido la forma ni su función original, punto de encuentro de corridas taurinas privadas, hoy ya públicas.