Alternativa textual

El nordeste de la provincia de Segovia es un paisaje cambiante y fragmentado por el río Riaza, en cuyo discurrir define tres zonas bien diferenciadas.

Desde el sureste se presenta como un relieve suave, antes de encajarse en un cañón calcáreo que llega a tener ciento cincuenta metros de profundidad y casi trescientos de anchura, convirtiéndose finalmente en un fértil valle.

En consonancia con esta singularidad, la vegetación del Parque Natural Hoces del río Riaza es muy variada, encontrado masas de árboles adaptados a las duras condiciones del clima continental como son las sabinas, las encinas o los quejigos en contraposición a los bosques de ribera que pueblan el fondo del valle.

El mundo animal también tiene su protagonismo en este espacio protegido, pues los cortados rocosos y calizos permiten el asentamiento de importantes colonias de aves, principalmente buitres leonados, mientras que las zonas de aguas remansadas son el hábitat ideal de multitud de especies acuáticas.

En el tramo final del Parque natural, coincidiendo con el agradable valle, se extiende la localidad de Montejo de la Vega de la Serrezuela, entre cuyas calles y a orillas del río se asienta la Casa del Parque. Al acceder al interior se proporciona todo tipo de información sobre las diferentes rutas que el entorno permite, tanto desde el punto de vista natural como cultural. Un interesante audiovisual presenta todos los valores de los otros ecosistemas que forman la Red de Espacios naturales de Castilla y León.

El centro divulgativo ofrece una completa información e las características geomorfológicas del entorno, de las condiciones ambientales y de la flora y la fauna a través de una excelente secuencia de paneles explicativos, mientras que el Túnel de los Sonidos se tiene un acercamiento a los valores tradicionales del territorio.

Es inevitable alzar la mirada al techo del edificio y contemplar las representaciones a tamaño real de las aves del Parque como preámbulo del conocimiento impartido sobre su morfología. Además, una cámara manejable desde la Casa del Parque permite admirar en tiempo real la actividad que tiene un nido de buitre leonado.

El cercano pantano de Linares marco la vida de una parte de la población y fueron los habitantes del sumergido pueblo de Linares del Arroyo quienes han dejado un testimonio de incalculable valor, accesible en el audiovisual del Rincón de la Memoria. Esta experiencia se completa con una colección de fotografías que relatan los valores de los pueblos que componen el Parque natural.