Alternativa textual

El puerto de las Señales, en el norte de la provincia de León, es uno de los más elevados de la cordillera cantábrica, un marco de belleza excepcional que custodia tesoros naturales sorprendentes. Uno de ellos es el Pinar de Lillo que, con una antigüedad estimada en 4.000 años, está catalogado entre los más importantes de la península ibérica por su magnífico estado de conservación, por su alto valor ecológico y por la gran variedad de flora, hongos y fauna.

En el corazón de este bosque nace el río Porma, iniciando así un camino hacia el sur en busca del otro gran río leonés, el Esla, al que entrega sus aguas.

En su discurrir va creando rincones mágicos en los que la vida salvaje se armoniza con la actividad humana de manera sostenible, vertebrando el extremo oeste del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.

A su paso sortea Puebla de Lillo y en el edificio de las antiguas escuelas se halla instalada la Casa del Parque Valle del Porma, en cuyas salas se propone una experiencia participativa que hará posible sentir, oler, tocar y ver el Parque Regional de manera diferente.

El río en primavera, El bosque en una noche de verano y Las cumbres en invierno son tres áreas en las que experimentar sensaciones táctiles gracias al contacto con elementos característicos de cada ecosistema y oler sus aromas, además de escuchar las grabaciones de los animales que los habitan.

En un territorio de alta montaña es importante conocer las herramientas que cada especie tiene para adaptarse y evolucionar en el tiempo, siendo destacables las de tres especies emblemáticas del parque, como son el rebeco, el urogallo cantábrico y el tritón alpino.