Alternativa textual

La Ferrería de San Blas, en la localidad leonesa de Sabero, fue el primer complejo siderúrgico de altos hornos de cok que entró en funcionamiento en España a mediados del siglo XIX. La avanzada tecnología empleada en la época supuso un efímero impulso para el desarrollo económico de la cuenca minera. De aquel corto esplendor ha quedado un importante legado cultural, sin el cual sería imposible comprenden en toda su magnitud el modelo de vida y las necesidades de aquellos hombre y mujeres, cuya existencia estaba ligada a la mina.

El impresionante edificio neogótico de la antigua Ferrería de San Blas acoge hoy el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, un genuino espacio expositivo que permite conocer los detalles de una actividad industrial pionera en su época a través de las diferentes salas.

Una primera estancia presenta diferentes útiles relacionados con la actividad minera e industrial, así como paneles informativos de la historia y de las instalaciones.

Una nave lateral contextualiza al visitante en el entorno, en la manera que la historia ha dejado sus huellas en el valle desde la prehistoria hasta la industrialización, pasando por la romanización y la Edad Media.

De pronto, la gran nave central despliega su cautivadora estampa de quince metros de altura para albergar un completo conjunto de máquinas de la época, utillaje, paneles informativos y una enorme maqueta de la cuenca minera en un intento didáctico para comprender mejor la magnitud de la actividad industrial en su época.

La otra nave lateral se corresponde con lo que era el taller de ajuste, donde se conservan las máquinas de torneado, construcción y reparación de los componentes necesarios para el normal funcionamiento de la fábrica.

La botica es otro espacio singular, pues además de conservar la atmósfera de aquellas instalaciones decimonónicas, significó un avance en lo que a la atención sanitaria que se prestaba a la clase obrera de la época.