El nordeste de la provincia de Segovia es un paisaje cambiante y fragmentado por el río Riaza, en cuyo discurrir define tres zonas bien diferenciadas.

Desde el sureste se presenta como un relieve suave, antes de encajarse en un cañón calcáreo que llega a tener ciento cincuenta metros de profundidad y casi trescientos de anchura, convirtiéndose finalmente en un fértil valle.

En consonancia con esta singularidad, la vegetación del Parque Natural Hoces del río Riaza es muy variada, encontrado masas de árboles adaptados a las duras condiciones del clima continental como son las sabinas, las encinas o los quejigos en contraposición a los bosques de ribera que pueblan el fondo del valle.

El mundo animal también tiene su protagonismo en este espacio protegido, pues los cortados rocosos y calizos permiten el asentamiento de importantes colonias de aves, principalmente buitres leonados, mientras que las zonas de aguas remansadas son el hábitat ideal de multitud de especies acuáticas.