Lugar de transición entre la montaña palentina y los páramos burgaleses de las Loras, en la orilla del río Pisuerga.

Pueblo de cántabros, romanos y visigodos, en la Edad Media fue una importante villa de la que quedan restos de su muralla.

Rico en patrimonio con su castillo, el importante Monasterio de Santa María la Real, la Iglesia de Santa Cecilia y la Plaza Mayor, con la silueta de la Iglesia de San Miguel, y los palacios y casas solariegas con vistas a la belleza que regala el río.