Castrojeriz se alza orgullosa desde las faldas de su castillo. El cerro que le sirve de apoyo fue el lugar de nacimiento de la ciudad y un asentamiento fortificado del que hoy sólo se conservan algunos dientes de la muralla. Hoy es una ciudad que atrae por los vestigios de su pasado histórico artístico y una referencia turística centrada en la Ruta Jacobea.

Este municipio burgalés es una importante referencia del Camino de Santiago, con parada obligada para disfrutar del descanso y de uno de los conjuntos histórico-artísticos más completos. El bullicio sosegado de los peregrinos convive con la hospitalidad de sus gentes que salen al encuentro de los caminantes desde su calle real.

El caminante se adentra en la ciudad y lo primero que le sorprende es el imponente castillo que se recorta en el cerro. Una fortificación que primero fue romana, luego testigo impasible de los avatares de la Edad Media y sucumbió debido al famoso terremoto de Lisboa de 1755 que desplomó parte de sus muros. A vista de pájaro, desde lo alto de su fortaleza, el viajero puede contemplar una de las más hermosas vistas de toda la zona y todos los conjuntos artísticos que la adornan.