En plena Sierra de Francia y sobre una ladera que mira al mediodía se levanta esta hermosa villa, declarada Conjunto Histórico en 2016.

Su entorno natural, rodeado de montañas y dominado por robles, castaños y sotobosque, hace de este pequeño municipio un lugar especial. Lo atraviesan el río San Benito y el río Francia, además de varios regatos.

Vista desde lo alto, llama la atención la distribución que forman sus casas y edificaciones, un recinto perfectamente cerrado con un considerable espacio interior, las llamadas "huertitas", a las que solo puede accederse desde las propias casas o mediante las tres "callejinas", que permiten a sus vecinos atravesar el pueblo sin dar tanto rodeo.

Si te gusta pasear, no dejes de hacer el Camino de los Prodigios, que une la localidad con la vecina de Miranda del Castañar entre madroños, robles y obras de arte.