La cetrería se centra en el entrenamiento del ave rapaz por parte del hombre. Inicialmente estuvo ligada a la búsqueda de alimento para el ser humano, pero ha ido evolucionando y actualmente está más ligada al acto de preservación de un bien natural, así como al campo deportivo. La cetrería exige una relación de fidelidad entre ambas partes. El entrenador confía en el majestuoso animal que se posa sobre su brazo y, a cambio, le enseña a cazar otras aves de menor envergadura. Además de por su carácter lúdico, también conocemos la cetrería como modalidad deportiva cinegética que incluye distintas variantes, como la altanería y el bajo vuelo. En la provincia de Salamanca se celebra una de las citas mundiales más importantes, el Trofeo de Reyes de Altanería, más conocido como Troleal.

La cetrería está considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde el año 2010. En Castilla y León es una tradición arraigada que, a como reclamo turístico, encontramos en las distintas jornadas de cetrería que se celebran por toda nuestra geografía. Salvaguardar estos conocimientos, sus técnicas y significado forma parte de los retos de generaciones futuras.

Su habilidad para adiestrar aves, como águilas o halcones, encuentra en los tiempos modernos otros usos: fomentar el equilibrio medioambiental, evitar accidentes en los aeropuertos, servir de plaguicida natural o promover la caza sostenible. El papel ecológico del cetrero es de un valor incalculable, como lo es su labor activa por la protección de aves rapaces y la recuperación de algunas de estas poblaciones en peligro de extinción.