Por su significado histórico y por su importancia artística, el Convento de la Orden de Cristo y el Castillo templario forman un conjunto monumental único. Las intervenciones a lo largo de los siglos reflejan artísticamente la historia de Portugal, con testimonios del arte Románico, de la simbología templaria, de los estilos gótico y manuelino, propios de la época de los Descubrimientos, seguidos del arte del Renacimiento, después el Manierismo en sus diversas facetas y, por último, el Barroco de los adornos arquitectónicos.