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Entre los ríos y el mar, el Parque Natural del Litoral Norte se prolonga durante casi 18 kms entre la desembocadura del río Cávado y la Apúlia, en una sucesión de grandes dunas blancas, salpicadas aquí y allí por una vegetación de superficie que contribuye a la fijación de la arena. Sirviendo de barrera natural a los vientos marítimos que les dan forma, las dunas impiden también el avance del agua del mar hacia los terrenos agrícolas.

Por la suavidad y armonía de los colores, que al atardecer adquieren tonalidades cálidas, éste es uno de los más bellos paisajes de la costa portuguesa. Perfectamente integrados en la naturaleza, los típicos molinos de viento ya no muelen cereales, siendo usados como casas de veraneo.

El Parque Natural del Litoral Norte es una de las principales zonas de baño del norte del país, con sus playas casi desiertas bañadas por aguas transparentes, ideales para largos paseos revitalizantes.

Para conocer la totalidad del área protegida aléjese un poco de la orilla del mar. Llene sus pulmones de aire puro en los Pinares de Ofir y siga el sendero propuesto por el Parque Natural junto a la orilla del río Cávado, donde podrá identificar aves migratorias como la garza real, la golondrina de mar, el pato real o la gaviota argéntea.

Los terrenos agrícolas que se avistan tienen la particularidad de ser fertilizados con "sargassum", las algas marítimas que el mar lleva a las playas. De hecho, la recogida de algas ha sido, a lo largo del tiempo, la actividad tradicional de los hombres de esta zona y el "Sargaceiro da Apúlia" una de las figuras más peculiares del folclore regional.