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Situada junto a Arganil, el Área de Paisaje Protegido de la Sierra de Açor incluye una zona de gran valor natural que forma parte de la red europea de reservas biogenéticas. En la Mata de la Margaraça existe una exuberante y frondosa vegetación cubriendo las laderas de pizarra, siendo uno de los raros ejemplos de la cobertura vegetal primitiva de las serranías del centro de Portugal, que ha subsistido hasta nuestros días.

El aire puro que aquí se respira y la frescura resultante de la abundancia de agua invitan a grandes paseos (a pie o en bicicleta) en los cálidos días de verano. Son muchas las riberas que nacen en la Sierra de Açor y por todas partes es posible oír el murmullo del agua corriendo por los arroyuelos que desembocan en pequeñas lagunas o playas fluviales. Uno de los lugares más bellos es la Fraga da Pena, un sitio paradisíaco, donde existen cascadas de una altura de setenta metros, formando una piscina natural muy agradable.

Entre la fauna local destaca el azor, el ave rapaz que dio nombre a la Sierra y es el símbolo del Área de Paisaje Protegido, que convive con otras aves como los carabos y gavilanes. Asimismo, se encuentran varios mamíferos como el jabalí y la gineta, y una gran diversidad de invertebrados, destacando cerca de 240 especies de mariposas.

No deje de visitar la aldea histórica de Piódão, muy bien integrada en las laderas de la Sierra, las casas de esta población de calles estrechas y accidentadas, se construyeron con las losas de pizarra que abundan en la Sierra de Açor. Aquí podrá probar productos regionales, como la miel y el aguardiente y adquirir cestos de mimbre o cucharas de madera fabricadas por artesanos locales.