El patrimonio industrial supone una baza importante de desarrollo y de futuro, por lo que es necesario trabajar para impulsar actividades económicas que giren en torno al legado industrial de Castilla y León, recuperándolo para nuevos usos y vinculándolo a una oferta turística.

Pueblos mineros (Fabero) o textiles (Béjar o Val de San Lorenzo), comarcas resineras y madereras (la tierra de pinares segoviana o soriana), antiguos oficios y tecnologías preindustriales (caleras, pegueras, esquileos, lavaderos...), canales fluviales y ríos adornados de fábricas harineras, molinos y batanes, ferrerías y martinetes son atractivos vestigios del pasado industrial de la región, que posibilitan una nueva mirada.

Castilla y León cuenta con dos obras gigantescas de la ingeniería romana, y que son además Patrimonio Mundial por la UNESCO: Las Médulas, minas de oro romanas en la provincia de León (1997), y el Acueducto de Segovia (1985), ejemplos de tecnología y paisaje que ilustran un estadio del desarrollo de la humanidad.