Portal de Turismo de la Junta de Castilla y León

Salimos de Peñafiel, con la intención de seguir recorriendo la Ribera del Duero por la parte menos conocida y alejarnos de la N-122, por lo que nuestro discurrir se realizará por la ribera norte del Duero, en concreto por la carretera de Valbuena de Duero a Renedo.

Desde Valladolid comenzaremos una ruta por castillos y pueblos amurallados, comenzando en Fuensaldaña, que será la localidad que nos dará paso a los Montes Torozos y de allí dirigirnos al Castillo de Torrelobatón, referencia del movimiento comunero, San Cebrián de Mazote y su iglesia mozárabe de San Cipriano, perfectamente conservada, y muy próxima al curioso pueblo amurallado de Urueña, donde hay más librerías que bares y desde donde se dominan decenas de kilómetros de llanura multicolor.

Los Castillos de Tiedra y Villalonso nos darán paso a la histórica y monumental villa de Toro, capital de la D.O. del mismo nombre.

Continuamos hacia la capital zamorana, donde encontraremos una magnífica concentración de patrimonio románico urbano único, y una espectacular catedral, ubicada en un bello altozano que domina el curso del Duero.

Atravesamos tierras de Sayago por tranquilas y fáciles carreteras en dirección a Fermoselle, pero poco antes de llegar tomamos el desvío hacia el mar de Castilla y León que forma la presa de Almendra. Las vistas a un lado y al otro del gigantesco muro de más de un kilómetro de longitud son realmente impactantes.

Bordeamos este mar artificial de agua dulce, en la búsqueda de la histórica Ledesma, discurriendo por las típicas dehesas charras, hasta llegar a la monumental ciudad de Salamanca, declara ciudad Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1988, donde terminará nuestro tramo y nuestra ruta por el eje vertebrador del Duero. Salamanca destaca por su pasado histórico, por la Vía de la Plata, por su Universidad (una de las más antiguas de Europa) y por ser el epicentro del Siglo de Oro de las letras españolas.