Ubicada al nordeste de la provincia de Salamanca, casi limita con Ávila. Ya en 1375, Juan I reconoció sus dotes para el comercio, concediéndole ser lugar de mercado un día a la semana. Goza de una ubicación privilegiada como encrucijada en la Cañada de Las Merinas.

Tierra de industria y comercio, alcanza esplendor en los siglos XVII, XVIII y XIX, época que marca la estructura de la ciudad con sus tres plazas sucesivas, cuadradas y con soportales para el mercado, que conforman el casco antiguo, centro neurálgico de la ciudad, y conducen a la emblemática Iglesia de San Miguel.

En el siglo XVI Peñaranda se convierte en capital del condado y señorío de los Bracamonte, familia mecenas en la construcción de edificios de gran valor arquitectónico como el Convento de las Madres Carmelitas, declarado bien de Interés Cultural. Un pueblo, un lugar, que aún conserva su estructura medieval.