La historia de la ciudad de Burgos arranca en el siglo X. Situada sobre una zona que conjuga la Meseta Norte peninsular con las estribaciones del Sistema Ibérico. Fue fundada por el conde Diego Rodríguez Porcelos, por mandato del rey asturiano Alfonso III el Magno.

Posee una situación geográfica privilegiada porque se encuentra a mitad de camino entre Madrid, la frontera francesa y ciudades muy próximas como Bilbao, Santander, Logroño o Valladolid, entre otras.

Por su trazado se cruzan tres importantes rutas turísticas y culturales de Castilla y León: la Ruta de El Cid, el Camino de Santiago francés, y la Ruta de Carlos V.

Pero antes de que los romanos impusieran definitivamente la impronta de la historia en las tierras burgalesas ya había dado señales de vida el hombre prehistórico, como se ha puesto de relieve en los importantes descubrimientos realizados en Ojo Guareña y Atapuerca, a pocos kilómetros de la capital, donde se conserva uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo para el estudio de la evolución humana.