En el noreste de la provincia de Segovia el río Duratón se vuelve caprichoso y durante millones de años se ha dedicado a tallar la roca de arenisca roja para formar un paisaje singular.

A lo largo de veinticinco kilómetros, aproximadamente, el cauce discurre entre pareces verticales que llegan a alcanzar los cien metros, formando meandros y pozas de aguas turquesa.

Este emblemático paraje, protegido bajo la figura de Parque Natural Hoces del río Duratón, constituye un ecosistema ideal para muchas aves. En las terrazas rocosas anidan más de setecientas parejas de buitres leonados, por lo que es muy fácil contemplar su majestuoso vuelo junto a otras especies como las águilas reales o los halcones peregrinos.

Los valores naturales se ven enriquecidos con un interesante patrimonio histórico. Uno de sus referentes es la ermita de San Frutos del siglo XI, cuya estampa se alza en un promontorio formado por uno de los más bellos meandros. Los restos del convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz al que se llega en barca, cuevas con grabados de la Edad del Bronce, el eremitorio visigodo de la cueva de los Siete Altares o el conjunto arquitectónico de Sepúlveda componen un mosaico cultural íntimamente ligado al medio natural.