En la vertiente oeste de la Sierra de Alvão, que integra el imponente macizo montañoso donde se incluye la Sierra de Marão, esta área protegida está recorrida por el río Olo, que corre entre simas y peñas, y surca las rocas en las Fisgas de Ermelo, cayendo en cascadas desde una altura de aproximadamente 250 m. La impresionante visión de la fuerza de las aguas lo convierte en uno de los parajes más bellos de la región y estas cascadas están representadas en el símbolo del Parque.

El cauce del río Olo une dos realidades distintas; a una altitud media de 1.000 m, en la zona de Lamas de Olo, predomina el granito y la vegetación de alta montaña; río abajo, junto a Ermelo, donde la altitud ronda los 450 m, prevalece la pizarra y el paisaje es verde como en el Miño.

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